jueves, 26 de julio de 2012

Día de Ausento en Burgos (Babieca era un Tolai)


Mírenle. Majestuoso, musculoso, rampante, trotando con brío con el barbas en su grupa. ¿Y ese espadón? ¿Y esa capa? Más que el Cid a lomos de Babieca, parece Batman. Sí, lo reconozco, me ponen enfermo las estatuas ecuestres, y me alegro cuando las palomas las adornan profusamente.

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Los caballos… pijos, relamidos, estúpidos, asustadizos. ¿Por qué se han llevado la gloria histórica?
Babieca, Rocinante, Bucéfalo, Jolly Jumper… ¡Cuánta fama! El del Zorro se llamaba Tornado ¿no? Qué horterada. Uno “Zorro” y otro “Tornado”, con antifaces, látigos… cualquiera diría que se trata de dos reinonas de un bar de ambiente.
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¿Y nosotros los burros? ¡Sinónimos de tonto! Si agarro a uno de la RAE… Don Arturo, usted que es cojonero, ¡haga algo, hombre! Cambie nuestra mala fama. Siglos denigrados, utilizados como insulto, maltratados, relegados a las páginas menos ilustres de la historia… ¿por qué? ¿Porque somos más tozudos? ¡Eso es personalidad, señores! ¿Porque somos más bajitos, cabezones, y menos briosos? ¿Es acaso causa justa para llevarnos al borde de la extinción?
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Qué oprobio, qué vergüenza. ¿Qué habría sido del hombre sin el burro? Porque el caballo les habrá servido para ganar batallas y conquistar las américas, sí. Pero, ¿Quién hacía el trabajo duro en la retaguardia? Sacar agua del pozo, arar la tierra, llevar la carga, extraer minerales y maderas, trazar caminos… ¿y así nos lo pagan?
¿Quién se acuerda, a la hora de erigir esculturas en parques y plazas de los borricos insignes? Ahí está Rucio. Más leal que un perro. Cuando el galeote aquel se lo quitó a Sancho Panza menudo disgusto. Y cómo volvió luego con su antiguo dueño. ¿Y qué me dicen de Benjamín? Sí, el de Rebelión en la Granja, de Orwell. ¿Saben a qué clase social representaba? ¡A la de los intelectuales! Somos más listos que los caballos. Piensen: ¿Alguien ha visto a un asno asustarse de su sombra o de un triste trapo?
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En fin, menos mal que hay excepciones honrosas entre los de su especie. Gentes que nos elevaron a la condición que nos merecemos. Ahí esta Juan Ramón Jiménez con su amor hacia Platero, o el ogro Shreck, cuyo fiel compañero es Asno, o fray Perico, bondadoso eremita que colmaba de mimos a su compañero Calcetín.
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Quizás seamos tontos, sí. Tontos por no habernos rebelado aún. Será porque en el fondo somos unos sentimentales, y aunque nos cubráis de palos, o nos releguéis a las granjaescuelas, nos ganáis con una simple zanahoria.
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Vuelvo a mirar la grotesca escultura a orillas del Arlanzón y me entran urticarias. ¿Babieca? ¡Valiente imbécil! ¿Pues no galopó a pecho descubierto contra la morería sin darse cuenta que su montura, el Cid Campeador, era un fiambre?
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Pd: perdón por la bilis. Resumo el hoy. Ha sido día de paseos, catedrales, comilonas y visitas. Los padres de Javier, Carmelo y Begoña les han convidado a los peregrinos a sopa castellana y cochinillo. Han venido también Paloma y Sotés ha entregar viandas a los caminantes. En el albergue municipal les han negado asilo a Edu y Fontx por carecer de compostelana. Estaba prácticamente vacío, curiosa concepción de la caridad cristiana. Ahora pernoctan de nuevo en casa de Pati y José, dispuestos a recorrer una nueva etapa mañana domingo. Eso sí, será cortita.

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